«Si se capacita a los adultos en conocimientos, habilidades y actitudes sobre un estilo de vida saludable, entre iguales, estos mejorarán sus hábitos de salud cardiovascular y el autocontrol de los factores de riesgo»

DR. VALENTÍN FUSTER

«Si se capacita a los adultos en conocimientos, habilidades y actitudes sobre un estilo de vida saludable, entre iguales, estos mejorarán sus hábitos de salud cardiovascular y el autocontrol de los factores de riesgo»

DR. VALENTÍN FUSTER

Programa FIFTY-FIFTY

Hipótesis

Si se capacita a los adultos en conocimientos, habilidades y actitudes sobre un estilo de vida saludable, entre iguales, estos mejorarán sus hábitos de salud cardiovascular y el autocontrol de los factores de riesgo.

La primera causa de mortalidad o discapacidad en España y en el mundo son las enfermedades cardiovasculares [1].

La asociación Americana del Corazón define que en España la salud cardiovascular es pobre [2], y menos del 1% de la población presenta un estilo de vida saludable, es decir, sólo ese pequeño porcentaje de la población alcanza valores ideales en los 7 indicadores de la salud cardiovascular [3]. Algunos de los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y que padecen los adultos en España son sobrepeso (36%), obesidad (17%), sedentarismo (37%), tabaquismo (27%) o tensión arterial elevada (Figura 1).

Sedentarismo

Alimentación no saludable

Tensión arterial

Obesidad

Tabaquismo

Figura 1. Factores de riesgo cardiovasculares.

La Fundación SHE, en colaboración con la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) pusieron en marcha el estudio científico del Programa Fifty-Fifty, diseñado por el Dr. Valentín Fuster, que tiene como objetivo mejorar la salud integral en adultos de entre 25 y 50 años, ayudándoles a autocontrolar los principales factores de riesgo para estas patologías.

Después de un estudio piloto en Cardona, el Dr. Fuster desarrolló el estudio científico en 7 localidades españolas (Figura 2) en la colaboración de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), y los ayuntamientos de los municipios participantes. Participaron 543 personas (71% mujeres) con al menos un factor de riesgo cardiovascular.

La intervención se basó en elementos de la Teoría Cognitiva Social [4] que incluyen el aprendizaje observacional, el refuerzo, el autocontrol y la autoeficacia.

Manresa
Barcelona
Cardona
Cambrils
San Fernando de Henares
Molina de Segura
Gaudix
Villanueva de la Cañada

Figura 2. Municipios participantes en el estudio científico del Programa Fifty-Fifty.

Al inicio los participantes recibieron talleres dirigidos a promover hábitos de vida saludables, como gestión del estrés, cesación tabáquica y autocontrol de la tensión arterial, entre otros (Figura 3).

Figura 3. Intervención del Programa Fifty-Fifty.

Posteriormente los participantes fueron divididos aleatoriamente en dos grupos (1:1). El grupo de intervención, siguió dinámicas de grupo durante 12 meses de duración, y el grupo control, del que simplemente se hizo seguimiento durante el mismo periodo de tiempo [5] (Figura 4).

Figura 4. Diseño del estudio científico del Programa Fifty-Fifty.

Se realizaron valoraciones continuadas a los participantes durante el estudio: al inicio del programa, después de los talleres formativos, a los 12 meses (después de las dinámicas de grupo) y a los 40 meses.

El resultado principal evaluado en el estudio fue el cambio medio en una puntuación compuesta relacionada con presión arterial, el ejercicio, el peso, la alimentación y el consumo de tabaco (puntuación Fuster-BEWAT).

Los resultados obtenidos del estudio, acompañados de una evaluación científica rigurosa [6,7], confirman que educar a los adultos en conocimientos, habilidades y actitudes sobre un estilo de vida saludable, acompañado del apoyo entre iguales, mejora los hábitos de salud cardiovascular y el autocontrol de los factores de riesgo, además, confirma la importancia de dar continuidad a las dinámicas de apoyo [8].

Algunas empresas españolas como Port Aventura (parque temático) y AMPO (fundición de acero) han aplicado el Programa Fifty-Fifty con el objetivo de dar herramientas que permitan mejorar la salud cardiovascular de sus trabajadores.

Aplicar estos programas de promoción de hábitos saludables suponen una ayuda para sensibilizar a la población, debido a que, en palabras del Dr. Fuster «no hay que prevenir enfermedades, hay que promover la salud».

Referencias

  1. Banegas JR et al. Rev Esp Cardiol Supl, 2006, 6(G):3-12. Epidemiología de las enfermedades cardiovasculares en España.
  2. Lloyd-Jones DM et al. Circulation, 2010, 121(4):586-613. Defining and setting national goals for cardiovascular health promotion and disease reduction: the American Heart Association’s strategic Impact Goal through 2020 and beyond.
  3. Graciani A et al. Circ Cardiovasc Qual Outcomes, 2013, 6(1):90-8. Cardiovascular health in a southern Mediterranean European country: a nationwide population-based study.
  4. Glanz K and Bishop DB. Annu Rev Public Health, 2010, 31:399-418. The role of behavioral science theory in development and implementation of public health interventions.
  5. Karwalajtys T et al. J Community Health, 2009, 34(4):336-45. Development of the volunteer peer educator role in a community Cardiovascular Health Awareness Program (CHAP): a process evaluation in two communities.
  6. Thompson PD et al. Circulation, 2007, 115(17):2358-68. Exercise and acute cardiovascular events placing the risks into perspective: a scientific statement from the American Heart Association Council on Nutrition, Physical Activity, and Metabolism and the Council on Clinical Cardiology.
  7. Heath GW et al. Lancet, 2012, 380(9838):272-81. Evidence-based intervention in physical activity: lessons from around the world.
  8. Fernández-Alvira JM, Fuster V et al. Am Heart J, 2021, 240:81-88. The challenge of sustainability: Long-term results from the Fifty-Fifty peer group-based intervention in cardiovascular risk factors.
Fifty-Fifty-Fundacion-SHE-laCaixa

Todos los derechos reservados. No se permite la reproducción total o parcial de los materiales o metodología empleada en estos programas, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos podrá constituir un delito contra la propiedad intelectual.