La cocina es una escuela excelente para tus hijos. Dejar que te ayuden a cocinar, o bien que sean ellos quienes preparen sus platos, es una buena forma de aprender nuevas habilidades, a la vez que compartís un tiempo muy valioso.
Cocinar con papá o mamá puede ser la mejor de las experiencias. De hecho, la buena comida es uno de los grandes placeres de la vida: protege la salud, alegra un encuentro familiar y genera momentos realmente divertidos. Además, si enseñamos a nuestros hijos a preparar comida saludable y casera desde pequeños, es muy probable que de mayores mantengan este hábito tan saludable.
Algunos consejos para convertir a tus hijos en auténticos “minichefs”
- Planificamos la receta y hacemos la compra juntos
Una vez escogida la receta, podéis ir juntos a comprar los ingredientes. En el mercado o en el súper podéis jugar a ver quién encuentra antes el arroz o la salsa de tomate en las estanterías. Es importante que aprendan a reconocer y elegir las verduras para saber qué aspecto tienen antes de cocinarlas. - ¡Manos siempre bien limpias!
Recuérdales que es muy importante lavarse las manos (durante 20 segundos como mínimo) antes de cocinar. Cuéntales que los bichitos que tienen en las manos pasan a los alimentos cuando cocinamos y que pueden causarles enfermedades. - La seguridad es lo primero.
Muestra a los niños cuál va a ser su zona de trabajo, donde podrán hacer sus tareas sin peligro. Deja cuchillos y enseres afilados fuera de su alcance cuando no los utilicen contigo. Cuando estés cocinando, no deben acercarse a los fogones o el horno cuando estén encendidos y no olvides mantener los mangos de cazuelas o sartenes hacia el interior de la cocina, de modo que no los puedan alcanzar. - Encárgales tareas que puedan hacer con éxito.
Dales instrucciones que sean fáciles de seguir. Cuando cocine más de un niño, asígnales tareas, de modo que cada uno tenga una responsabilidad: leer la receta, mezclar, remover, decorar, batir claras, empanar la carne, limpiar, etc. - ¿Qué tareas son más adecuadas para cada edad?
2 años: Lavar vegetales y frutas, trocear con las manos, limpiar.
3 años: Verter ingredientes y mezclarlos, untar queso o mantequilla, envolver, modelar albóndigas.
4 años: Poner la mesa, pelar naranjas o huevos duros, empanar carne, pescado o croquetas, hacer purés con un tenedor.
5 años: Medir ingredientes, salpimentar, cortar alimentos con un cuchillo de punta no afilada.
A partir de los 6 años: Cortar alimentos (bajo supervisión), comenzar a utilizar electrodomésticos (exprimidor, tostadora, batidora, etc.), cascar huevos o preparar recetas sencillas que no necesiten cocción como una ensalada o un batido. - ¡Déjales que experimenten!
Permíteles que huelan, toquen y prueben los distintos alimentos. Y no te apures si derraman líquido o algo se mancha, la práctica les enseñará a ser más cuidadosos.
Finalmente, recuerda que los padres, también con nuestro ejemplo y actitud, somos los mejores maestros de nuestros hijos. Enseñarles a cocinar, como todo, es cuestión de tiempo y paciencia. Pero verás cuánto merece la pena cuando veas lo orgullosos que se sienten al comer algo que hayan cocinado ellos mismos.
Fuentes y más información
“Eat Right” Food, Nutrition and Health Tips from the American Dietetic Association