El reconocido demógrafo James Vaupel calculó que, desde 1840 la esperanza de vida se está alargando ininterrumpidamente dos años y medio cada década –o lo que es lo mismo, tres meses por año–. Ahora vivimos más años, sin lugar a dudas.
En nuestro país la longevidad es cada vez más evidente, aproximadamente 17 millones de españoles superan los 50 años y actualmente la esperanza de vida se estima en 82. Todo apunta a que vamos a vivir más, pero la cuestión es: ¿Podemos vivir también mejor?
La clave tiene que ver con la prevención, y con unos hábitos de vida saludables, pero también con la actitud ante la vida. La genética tiene un gran peso, puesto que condiciona por lo menos un 25 % de la longevidad del ser humano, sin embargo el 75 % restante lo determina el estilo de vida, así que viviremos más y mejor en función de cómo tratemos a nuestro organismo.
Procuremos envejecer activamente.
Hablamos de envejecimiento activo a nivel físico para mantenernos autónomos a nivel funcional. Por otro lado, entrenar el “músculo cerebral”, es decir, mantener la mente activa, es vital para mantener la funciones cognitivas en plena forma. Otro aspecto que debemos tener en cuenta es el psicoafectivo, que se refiere a mantener relaciones sociales con el entorno y entablar lazos afectivos con familiares y amigos. Mantener la actividad diaria cuando uno se siente integrado en la sociedad es un elemento esencial del envejecimiento activo.
¿Y a partir de cuándo hay que empezar a llevar una vida saludable? Aquí nos remitimos al Dr. Valentín Fuster, cuando nos recuerda que «nunca es tarde para empezar a cuidarse». Debemos apostar por los buenos hábitos, cuanto antes mejor.
Los cinco pilares determinantes para un envejecimiento activo
1. Abandonar los hábitos tóxicos como el alcohol y el tabaco.
2. Llevar una alimentación equilibrada, como la Dieta mediterránea y rica en sustancias antioxidantes.
3. Practicar actividad física de forma regular.
4. Mantener el cerebro activo. Puede ser mediante el aprendizaje de un nuevo idioma, leer, pintar, jugar al ajedrez, hacer crucigramas, etc.
5. Velar por el bienestar psicosocial. Es necesario relacionarse y cuidar los vínculos afectivos con la familia y el entorno.
La fórmula para envejecer activamente es una combinación de la genética individual y los hábitos de vida saludables, pero también de mostrar resiliencia, entendida como la capacidad para afrontar las dificultades de la vida. Mirar hacia atrás sirve de soporte para caminar hacia adelante, nunca como escapatoria para quedarse inmóvil. He aquí el secreto para poder envejecer de forma activa.
Fuentes y mas información:
Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL)
La ciencia de la salud (Planeta)