¿Sabías que la forma de alimentarnos afecta directamente al medio ambiente? Estudios recientes revelan que un cambio de tendencia en el consumo y la adopción de una dieta como la mediterránea o la vegetariana son fundamentales para aumentar la esperanza y calidad de vida y ayudan a reducir las emisiones de gas de efecto invernadero hasta el punto de salvar especies en peligro de extinción.
Un estudio de la Universidad de Minnesota (EE. UU.), publicado en la revista Nature, analiza el impacto sobre la salud y el medio ambiente de una dieta tradicional, por un lado, del tipo mediterránea o vegetariana, y por otro, el impacto del modelo alimentario predominante en Estados Unidos, con más alimentos de origen animal, refinados y envasados. Los resultados de este estudio demuestran que la modificación de la dieta podría aumentar la esperanza de vida hasta en una década y, a la vez, prevenir el daño medioambiental y la degradación del hábitat.
Asimismo, los autores del estudio indican que, si las predicciones se cumplen, en el año 2050 la dieta más común podría llegar a contener hasta un 60 % más de calorías vacías, menos piezas de fruta y verdura y entre un 25 % y un 50 % más de derivados animales como la carne de cerdo, productos lácteos y huevos, con el consiguiente aumento entre la población de diabetes tipo II, enfermedades coronarias o algunos tipos de cáncer.
Algunos datos para reflexionar:
- 20 porciones de verduras tienen menos emisiones de gas de efecto invernadero que una porción de carne de vacuno.
- Los peces capturados por métodos de arrastre pueden hasta triplicar la pesca obtenida mediante los métodos tradicionales, hecho que contribuye a una rápida despoblación del fondo marino.
- Los mayores consumidores de agua dentro del sector de la producción de alimentos son los lácteos, seguidos de los aceites vegetales y la carne.
- En cuanto a emisiones de gas de efecto invernadero el primer lugar lo ocupa la carne, muy por delante de los lácteos y del pescado.
España se encuentra entre los países que tradicionalmente han basado su alimentación en el modelo de la Dieta Mediterránea y que ahora están cambiando sus patrones de consumo por causa de la extensión de la dieta “occidental”. El omnipresente referente dietético encabezado por los países industrializados, junto con el fenómeno de la globalización, afectan sobre todo a los modelos de comportamiento y a los hábitos alimenticios de las nuevas generaciones.
Un futuro sostenible pasaría por una involución dietética y por un cambio de mentalidad en el sector de la producción alimentaria
Estos datos, lejos de desalentarnos, deberían servir para tomar conciencia y empezar a adoptar cambios en nuestra dieta y nuestras compras de alimentación. Una buena opción sería recuperar de nuevo los patrones de la Dieta Mediterránea, con predominancia de verduras, frutas, legumbres de temporada y pescado de proximidad, y con pequeñas dosis de carne, lácteos, azúcar y alimentos procesados.
Sin embargo, una mejora en los hábitos de los consumidores no es suficiente. Para que se produzca un cambio realmente significativo también hay que exigir modificaciones en algunas prácticas de la industria alimentaria y en determinadas políticas agrícolas y comerciales.
Y tú, ¿crees que con tu contribución, por pequeña que sea, puedes ayudar a conseguir una alimentación más saludable y un planeta más sostenible?
Fuentes: nature.com; madridmas.org; efeverde.com
Fotografía Niclas-Ingvarsson – Unplash