Tener una buena salud cardiovascular depende de muchas cosas, más de las que imaginamos. De entrada, debemos recordar los cuatro consejos básicos: cuidar la dieta, practicar actividad física, no fumar y acudir al médico cuando sea preciso. Pero hemos descubierto que existen otros hábitos, igualmente efectivos que, además de generar una gratificación a nivel emocional, nos ayudarán a mantener nuestro corazón contento y sano. ¿Quieres saber más acerca de estos hábitos?
La salud es un tema complejo, en el que influyen tanto aspectos físicos como ambientales. Según un estudio de la universidad de Maryland, en Estados Unidos, algo tan sencillo como reír y estar de buen humor protege a nuestro corazón de sufrir un infarto. Pero hay otros hábitos no tan conocidos, que también ayudan a nivel emocional y nos previenen de la depresión, muy asociada a la enfermedad cardiovascular.
- Mantenerse activo
Emprender proyectos, realizar planes y tener obligaciones mantiene activa la mente y exige desplazarnos. Según estudios del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, el sedentarismo, la falta de actividad y la apatía son los precursores de la depresión y una puerta de entrada a la enfermedad cardiovascular.
- Disfrutar de las aficiones
Cualquiera sirve y, si implican moverse, mejor que mejor: la fotografía, la jardinería, la danza, la pintura, el deporte, la cerámica o la petanca. Lo importante es la inmersión en una actividad que encontremos gratificante y que nos aleje de la rutina. Practicar una afición con la que disfrutemos reduce el estrés y mejora la salud cardíaca.
- Sentir con la música
¿Quién no conoce alguna canción especial que le pone de buen humor? Escuchar música alegre nos levanta el ánimo. Por otro lado, cuando necesitamos relajarnos o dejar de pensar, concentrarse en melodías más tranquilas nos aporta bienestar y proporciona una sensación de relajación que contribuye a bajar las pulsaciones y a una mejora de la circulación de la sangre.
- Ayudar a los demás
Según un estudio de la Universidad de British Columbia, en Canadá, los adolescentes que realizaban acciones de voluntariado tenían una mejor salud cardiovascular. Lo cierto es que hay quien encuentra una gratificación profunda en las tareas asociadas con el ayudar a los demás, sentirse útil o tener una vida significativa, porque tales actividades apartan los pensamientos nocivos y las actitudes pasivas que repercuten negativamente en la salud.
- Meditar y practicar yoga
Meditar no sólo es una moda. Practicar la respiración consciente y experimentar una profunda relajación disminuye la presión arterial en pacientes con HTA (hipertensión arterial). Sólo con realizar ejercicios de respiración se consigue reducir el ritmo cardíaco en reposo y aumentar el suministro de oxígeno hacia el corazón y el cerebro. Además, los estudios realizados en la Universidad de Duke, en EE.UU., demuestran que la práctica del yoga tiene un papel terapéutico en la prevención de enfermedades relacionadas con el estrés.
- Cultivar las relaciones humanas
Vivir aislado incrementa las posibilidades de caer en depresión y multiplica las posibilidades de padecer alcoholismo, drogadicción u obesidad, conductas que conducen directamente a la mala salud cardíaca. Dedicar una parte de nuestro tiempo para congeniar con amigos y familiares es fundamental para mantener la mente y el cuerpo en harmonía.
- Expresar las emociones
Reprimir sensaciones puede parecer muy educado, pero a la larga pasa factura al corazón. Hablar, discutir e incluso gritar de vez en cuando es una válvula de escape que nos ayuda a soltar la presión interna, esa presión que a veces se siente en el pecho. Lejos de saltar a la primera y dar rienda suelta a la ira, debemos aprender a expresar nuestros sentimientos sin pudor.
- Reírse más
Seguro que has oído hablar de la risoterapia y de sus efectos beneficiosos. Reírse a carcajadas no sólo favorece la salud mental, sino que nos previene de las enfermedades cardíacas. Según la FEC o Fundación Española del Corazón, la risa ejerce una función vasodilatadora del sistema cardiovascular, relajando el endotelio (la capa inferior de los vasos sanguíneos), lo cual favorece una mejor circulación de la sangre y disminuye la presión arterial.
- Pensar en positivo
Los expertos nos dicen que ser optimista es una actitud muy necesaria para preservar la salud. Los pensamientos negativos o las actitudes malsanas como la envidia, el rencor o bien el preocuparse en exceso, perjudican al corazón. En cambio, pensar en positivo respecto a uno mismo y a los demás, evitar el cinismo e intentar buscar el lado bueno de las cosas, mejora la salud cardíaca.
Si integramos todos estos aspectos a nuestra vida, tendremos la recompensa de mejorar nuestra salud física, prevendremos posibles afecciones del corazón e incrementaremos nuestro bienestar mental, sin necesidad de tomar ninguna pastilla. Hacerlo no cuesta nada y en cambio aportará mucho a tu salud cardiovascular. Te proponemos que hagas una lista con estos hábitos y la cuelgues en un sitio visible para poder recordarlos y ponerlos en práctica en tu día a día.
Fuentes: La ciencia de la salud, Ed Planeta, Dr. Valentí Fuster y Quality News Network
Imagen: Pixabay