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El riesgo de adicciones en la adolescencia disminuye con el deporte

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Practicar cualquier deporte es bueno para todos, pero en el caso de los adolescentes aún más, por estar viviendo una etapa de grandes cambios físicos y emocionales. Ejercitarse en el deporte no solo contribuye en el desarrollo del organismo, sino que está comprobado que previene hábitos perjudiciales como el consumo de tabaco, el alcohol, e incluso otras sustancias más nocivas.

Cuando llega la edad en que algún día le ofrezcan a tu hijo un cigarrillo, una copa o un porro, es imprescindible que tenga las ideas claras. Sin duda, también ayuda el no frecuentar los ambientes que promueven estas prácticas. Si la ocasión hace al ladrón, como reza el dicho, limitar las oportunidades de frecuentar esos ambientes, es también una buena opción. Según las estadísticas, los chicos y las chicas que suelen dedicar gran parte de su tiempo libre al deporte presentan índices de consumo significativamente inferiores de las tres drogas más consumidas en nuestra sociedad –el tabaco, el alcohol y la marihuana- respecto a los jóvenes más sedentarios.

El tiempo de entreno y el tipo de deporte también influyen en las posibilidades de adicción

El consumo de tóxicos es menor entre los chicos y chicas que practican un deporte desde antes de los catorce años. Asimismo, las horas de entrenamiento semanal también son un aspecto a favor, puesto que, a mayor cantidad de horas de entrenamiento, menor contacto con las sustancias perjudiciales. Estos jóvenes tampoco suelen fumar ni beber alcohol y, si lo hacen, es de forma eventual o en una proporción muy inferior a los jóvenes de su misma edad que no hacen deporte. Cabe destacar que los hábitos de los chicos que entrenan poco – solo 1 ó 2 horas por semana- se diferencian poco de los jóvenes sedentarios. Se desprende de ello que el compromiso y la dedicación al deporte es directamente proporcional a la prevención del consumo de drogas.

El menor contacto con estas sustancias tiene también una estrecha relación con el tipo de deporte que se practica, y es significativo comprobar que existe un menor consumo entre los jóvenes federados en deportes individuales como el atletismo o la natación.

Los valores del deporte contribuyen a la formación del carácter y ayudan a tomar decisiones desde la responsabilidad

Séneca decía que la parte del nuestro cuerpo que más se ejercita es la más sana. Pero no olvidemos que, aparte del aspecto físico, la práctica constante de cualquier deporte también ayuda a que los adolescentes aprendan la importancia de la disciplina, la constancia y el esfuerzo. El deporte fomenta igualmente un sentimiento de competitividad que, bien entendido, puede ser muy beneficioso en la vida de los jóvenes. Estos aprenden a disfrutar de las victorias y a hacerse fuertes con las derrotas. En cualquier caso, es importante que nuestros hijos tengan información objetiva sobre las drogas y las conductas de riesgo, pero es igualmente importante que tengan los recursos emocionales suficientes para enfrentarse a situaciones difíciles.

Si el deporte aleja de las drogas, ¿por qué algunos deportistas se dopan?

Esta es una de las contradicciones del deporte de las élites. Doparse es éticamente reprobable, tanto en el deporte como en la vida. Pero debemos pensar que todo depende del contexto, y cuando estamos hablando de ganar a toda costa, de éxito, de victorias y de espectáculo, el deporte se transforma por completo y pierde su principal valor de instrumento educativo y de bienestar. Probablemente tendríamos que analizar las causas que han causado esta transformación. Pero ese es otro tema…

Fuentes: La cocina de la salud, ed. Planeta; Inteligencia deportiva, Plataforma Editorial; Guía de Salud y Deporte, consumer.es