Para que la actividad física mejore nuestra condición física y nuestra salud debe ser…
REGULAR Y PROGRESIVA: Fomenta y procura que tu hijo o hija practique actividad física de forma progresiva, continua y frecuente; nunca irregular o discontinua. Si viene de un periodo de inactividad es muy importante empezar a poco a poco con actividades moderadas.
MOTIVANTE: Es importante que tu hijo o hija pueda escoger actividades que sean atrayentes para ellos. El aspecto motivador es básico para que practiquen esas actividades durante un periodo largo y que relacionen la actividad como una forma de ocio activo. Monitorizar las mejoras de cada entrenamiento o practicar ejercicio en familia o con los amigos también puede ser un aspecto motivante para nuestros hijos o hijas.
OPORTUNIDAD: Es importante que se aprovechen todas las oportunidades que se te ofrecen a lo largo del día para hacer actividad física, intentando que el hábito del ejercicio no sea pasajero, sino para toda la vida. La familia es clave para inculcar esta visión activa en el día a día de nuestros hijos o hijas, por lo tanto es importante aprovechar los fines de semana y las vacaciones en familia o con los amigos estimulen el ejercicio físico: excursiones, montañismo, bicicleta… estos periodos también son una buena oportunidad para conocer nuevas modalidades u opciones de práctica deportiva.
UNIVERSALIDAD: Todo el mundo puede hacer actividad física. Si tu hijo o hija tiene alguna enfermedad, lesión… estimuladlo para que haga una actividad física adaptada a su situación. Los profesionales de la actividad física y el deporte te orientaran sobre la mejor opción.
PAUSAS ACTIVAS: Recuerda la importancia de la pausa activa. En períodos de mucho estudio, lectura o deberes es importante que tu hijo o hija realice pequeñas pausas activas (levantarse, moverse, andar…) de forma regular.
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